miércoles, 20 de abril de 2016

ACTIVIDAD. EL CEREBRO ADICTO: LA ADICCIÓN A VIVIR


EL CEREBRO ADICTO: LA ADICCIÓN A VIVIR

INTRODUCCIÓN

¿Existe un humano en la tierra libre de alguna adicción? El siguiente escrito surge después haber leído el artículo: “El cerebro adicto”; de la revista “¿Cómo ves?” y tiene como finalidad la interpretación del texto desde un entendimiento como lector crítico.

La autora, Verónica Guerrero Mothelet, en el contenido de su teoría se centra en la adicción a las drogas, pero en el título de la misma, no específica tal tratado por lo cual, de entrada, abre muchas posibilidades de debate.

Durante las líneas consecuentes, se abordarán temas sobre la adicción, no vista desde una perspectiva ajena y negativa sino como un intento por verle otras aristas al tema.






DESARROLLO

Las adicciones están a la orden del día, son universales y atemporales, no diferencian entre razas, clases sociales, género, preferencias sexuales ni edades. Con regularidad hablamos de las adicciones como un tema conocido y entendido; pero ¿en algún momento se han detenido a preguntarse de verdad, qué es una adicción?

Según el Diccionario de la Real Academia Española, la adicción es “una dependencia del consumo de alguna sustancia o de la práctica de una actividad’.[1]

Gracias a esta definición podemos no dar por hecho que las adicciones tienen que ver siempre con un elemento denominado “droga”. Entiéndase con lo precitado, cocaína, mariguana, heroína y demás compuestos químicos o naturales que generen deseos más allá de los “normales” en una persona por consumirlos.

En los años 30’s, las adicciones se consideraban como un problema moral y no de salud, pero gracias a los avances científicos y tecnológicos, esa idea ha sido modificada. La idea que sigue arraigada en los seres humanos hasta nuestros días, es la de etiquetar negativamente a los adictos a las “drogas”: Esto sucede por la ignorancia, o dicho de una manera más amable, la falta de criterio y de información de ciertas áreas sociales (la gran mayoría, lamentablemente).

Si todas las personas que siguen pensando que un adicto es solo a las sustancias denominadas “drogas”, se pusieran a pensar un poco y a investigar aún más, llegarían a entender que una persona puede hacerse adicta a cualquier cosa. Alguien puede hacerse adicto a gritar,  a enojarse, al helado de chocolate, al enamoramiento, al sueño, a lavar ropa, a dormir, a soñar, a reír, a estar triste, a viajar en avión, a tirarse de un paracaídas, en fin, existen tipos de adicciones como seres humanos.






Según Guerrero Mothelet, de los factores que influyen en nuestra salud mental y física, los genéticos representan entre un 40 y 60%. Afirma también que si un individuo tuviera genes que propician el comportamiento adictivo, si en su entorno no se usan drogas o si su comunidad de compañeros no las consume, será muy improbable que el individuo genere una adicción simplemente porque hay una interacción positiva y robusta entre la parte biológica y la parte ambiental.

La autora, hace hincapié en que la adicción a una “droga” es como la diabetes, cosa que no se apoya en este escrito. Afirma que la adicción es crónica e incurable. Con lo anterior deja ver claramente que no tiene mucha idea de lo que está hablando puesto que existe un número incalculable de casos de personas que han sido adictos a alguna “droga” en algún momento de su vida pero que gracias a su fuerza de voluntad logran dejarlo y seguir con su vida lejos de la sustancia que alguna vez los hizo dependientes.


CONCLUSIÓN

El tema de las adicciones no tiene fin. Es tan vasto que no alcanzará la historia de la humanidad para terminar de entenderla puesto que existen “especialistas” en el tema que nunca han estado afectados por alguna sustancia de las que se habló en los párrafos anteriores ni han estado al lado de un familiar o ser muy cercano y querido para entender mejor de qué están hablando. Hablan solo desde la teoría.

La sociedad debe de empezar por ver a las personas “adictas” ya no como una mancha negra de su entorno sino como una persona más y ayudarlas en lugar de juzgarlas. Solo así los integrantes de cualquier espacio de convivencia van a ir entendiendo de qué va este asunto de las drogas y sus consumidores.

Las adicciones van más allá que un gusto por consumir o hacer algo, la complejidad humana va más allá de ser o no ser un consumidor compulsivo. Nadie está exento de ser víctima de las sustancias alucinógenas.

La sociedad debe abrir la mente a nuevas posibilidades para poder entender que ya no se está en la edad de piedra donde todo tenía un solo significado, la humanidad ha revolucionado a tal punto que ahora existen los robots que pueden realizar cualquier actividad que se les programe. Entonces, ¿por qué no salir de la burbuja que nos tiene en una zona de confort y empezar conocer el mundo realmente?







Fuentes:









[1] http://lema.rae.es/dpd/srv/search?key=adicci%F3n

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