EL
CEREBRO ADICTO: LA ADICCIÓN A VIVIR
INTRODUCCIÓN
¿Existe un humano en la
tierra libre de alguna adicción? El siguiente escrito surge
después haber leído el artículo: “El cerebro adicto”; de la revista “¿Cómo ves?”
y tiene como finalidad la interpretación del texto desde un entendimiento como
lector crítico.
La autora, Verónica Guerrero Mothelet, en el contenido de su teoría se
centra en la adicción a las drogas, pero en el título de la misma, no
específica tal tratado por lo cual, de entrada, abre muchas posibilidades de
debate.
Durante las líneas consecuentes, se abordarán temas sobre la adicción,
no vista desde una perspectiva ajena y negativa sino como un intento por verle
otras aristas al tema.
DESARROLLO
Las adicciones están a la
orden del día, son universales y atemporales, no diferencian entre razas,
clases sociales, género, preferencias sexuales ni edades. Con regularidad
hablamos de las adicciones como un tema conocido y entendido; pero ¿en algún momento
se han detenido a preguntarse de verdad, qué es una adicción?
Según el Diccionario de la
Real Academia Española, la adicción es “una dependencia del
consumo de alguna sustancia o de la práctica de una actividad’.[1]
Gracias
a esta definición podemos no dar por hecho que las adicciones tienen que ver
siempre con un elemento denominado “droga”. Entiéndase con lo precitado,
cocaína, mariguana, heroína y demás compuestos químicos o naturales que generen
deseos más allá de los “normales” en una persona por consumirlos.
En los años 30’s, las
adicciones se consideraban como un problema moral y no de salud, pero gracias a
los avances científicos y tecnológicos, esa idea ha sido modificada. La idea
que sigue arraigada en los seres humanos hasta nuestros días, es la de
etiquetar negativamente a los adictos a las “drogas”: Esto sucede por la
ignorancia, o dicho de una manera más amable, la falta de criterio y de información
de ciertas áreas sociales (la gran mayoría, lamentablemente).
Si todas las personas que
siguen pensando que un adicto es solo a las sustancias denominadas “drogas”, se
pusieran a pensar un poco y a investigar aún más, llegarían a entender que una
persona puede hacerse adicta a cualquier cosa. Alguien puede hacerse adicto a
gritar, a enojarse, al helado de
chocolate, al enamoramiento, al sueño, a lavar ropa, a dormir, a soñar, a reír,
a estar triste, a viajar en avión, a tirarse de un paracaídas, en fin, existen
tipos de adicciones como seres humanos.
Según Guerrero Mothelet, de los factores que influyen en nuestra salud mental y física, los genéticos representan entre un 40 y 60%. Afirma también que si un individuo tuviera genes que propician el comportamiento adictivo, si en su entorno no se usan drogas o si su comunidad de compañeros no las consume, será muy improbable que el individuo genere una adicción simplemente porque hay una interacción positiva y robusta entre la parte biológica y la parte ambiental.
La autora, hace hincapié en
que la adicción a una “droga” es como la diabetes, cosa que no se apoya en este
escrito. Afirma que la adicción es crónica e incurable. Con lo anterior deja
ver claramente que no tiene mucha idea de lo que está hablando puesto que
existe un número incalculable de casos de personas que han sido adictos a
alguna “droga” en algún momento de su vida pero que gracias a su fuerza de
voluntad logran dejarlo y seguir con su vida lejos de la sustancia que alguna
vez los hizo dependientes.
CONCLUSIÓN
El tema de las adicciones no
tiene fin. Es tan vasto que no alcanzará la historia de la humanidad para
terminar de entenderla puesto que existen “especialistas” en el tema que nunca
han estado afectados por alguna sustancia de las que se habló en los párrafos
anteriores ni han estado al lado de un familiar o ser muy cercano y querido
para entender mejor de qué están hablando. Hablan solo desde la teoría.
La sociedad debe de empezar
por ver a las personas “adictas” ya no como una mancha negra de su entorno sino
como una persona más y ayudarlas en lugar de juzgarlas. Solo así los
integrantes de cualquier espacio de convivencia van a ir entendiendo de qué va
este asunto de las drogas y sus consumidores.
Las adicciones van más allá
que un gusto por consumir o hacer algo, la complejidad humana va más allá de
ser o no ser un consumidor compulsivo. Nadie está exento de ser víctima de las
sustancias alucinógenas.
La sociedad debe abrir la
mente a nuevas posibilidades para poder entender que ya no se está en la edad
de piedra donde todo tenía un solo significado, la humanidad ha revolucionado a
tal punto que ahora existen los robots que pueden realizar cualquier actividad
que se les programe. Entonces, ¿por qué no salir de la burbuja que nos tiene en
una zona de confort y empezar conocer el mundo realmente?
Fuentes: